Mercalli mejora siempre el material original movido.
De ahí que los resultados más sorprendentes que rozan la perfección no sean una excepción.
Esto no significa que se logren siempre maravillas. Es simplemente imposible que una toma realizada desde un vehículo a punto de volcar circulando por terreno agreste pueda equipararse a la de una realizada con un trípode. Pero incluso las tomas sin ningún tipo de movimientos realizadas con ayudas mecánicas, como pueden ser dollys, steadycams y similares, pueden mejorarse considerablemente con Mercalli, ya sea “sólo” para equilibrar una inclinación o para armonizar interferencias mínimas, como el desplazamiento brusco del zoom de la cámara.
Pero con toda su versatilidad, su aplicación más importante es seguramente la estabilización de las tomas realizadas con videocámaras o incluso aquellas realizadas con un trípode. En ellas se verá siempre una mejoría.